TOC,
MI OBSESIÓN
POR EL
YOGUR
Mi yogur del otro día.
El yogur siempre ha estado presente en mi vida, de pequeño mi madre me ponía la comida que me sobraba en el yogur, un método un tanto extraño pero efectivo, eso ya lo considero una experiencia importante tocante al yogur, además no me gustaban con trozos pero prefería los de trozos a los naturales, aunque luego los apartara y me comiera el resto con saborcillo.
Luego mis grandes amigas, Sofia y Sharo me contagiaron la absurda costumbre de comer yogur con el pretexto de sentirme más feliz, y como es algo sencillamente recurrente lo hice, ahí creo que empecé a desarrollar un poco de trastorno obsesivo compulsivo... Al ir tras la felicidad con un simple ritual apetitivo.
Pero ahora... Ahora ya SOY YOGURADICTO! (con banda sonora de Serge Gainsbourg y Jane Birkin incluida). Mis padres me han traído un cubo del lácteo de su fin de semana en un lugar apartado de Huesca, muy rural y ecológico donde se dedican a hacer cosas artesanales como la leche fresca o el yogur. Muy ECO-trendy. Ni que decir tiene que está lo siguiente de bueno y que nunca había probado un placer gustativo así.
El bidón de yogur.
